Juegos que me influyeron como desarrollador: La saga Starfox

Y aquí no solo incluyo aquellos juegos del escuadrón de Fox Mcloud en que ocupábamos permanentemente la cabina de nuestra nave, hablo también de Starfox Adventures: Dinosaur Planet, juego que, a pesar de algunas críticas que pude leer sobre él, me encantó y me inspiró como tantos otros, para mis futuros proyectos e historias. 



Los juegos de Starfox, desde Super Nintendo (Que en España apareció con el título de Starwing), no han sido simples juegos de “naves” al uso, si no que incorporaban una serie de detalles que los hacían mucho más inmersivos y atractivos que otros de la competencia. Por ejemplo, uno de ellos era el hecho de estar al frente de una patrulla de pilotos encargados de proteger la galaxia. Entre los protas, teníamos Falco, nuestro principal rival-aliado, a Peppy, el compañero sabio y aquel que siempre necesitaba nuestra ayuda para que lo salvásemos de las situaciones en que se metía (la rana Slippy). Eran animales en el papel de humanos (antropomórficos), lo que le quitaba cierta madurez al juego pero le añadía simpatía y diversión restándole seriedad al papel tradicional de guardianes intergalácticos que desempeñaban. Estos compañeros de fatigas guiaban y acompañaban al jugador en sus aventuras y participaban en la acción, pero no estaban ahí para restringir nuestro camino como si pasa en otros juegos. Y es que Starfox tenía una acción que se desarrollaba de forma lineal, si, pero en todo momento teníamos la sensación de ser el jefe del escuadrón y tomar las decisiones. Siempre podíamos elegir el planeta siguiente al que viajar para seguir nuestra aventura. Una forma interesante de hacer que el jugador escogiera el nivel de dificultad de la siguiente pantalla a la que enfrentarse que quitaba por un instante ese camino lineal y único a la partida. 



Nuestro archienemigo Andross, junto con el pasado de los protagonistas, sus aliados y los rivales del escuadron Star Wolf, han ido añadiendo novedades y enganchándonos a la historia a medida que salían nuevos títulos de la saga. Haciéndolos cada vez más ricos y divertidos de jugar, y fue (para mí al menos) con Starfox Adventures donde se pudo comprobar que todo el universo construido alrededor de un juego de disparos con naves espaciales daba para mucho más.

En Starfox Adventures: Dinosaur Planet podíamos descender de nuestro Arwing para ir de aventuras por un planeta de dinosaurios en una vista de tercera persona y, por supuesto, con unas fases intermedias que nos permitían pilotar un rato para que no olvidásemos lo que es estar a los mandos de nuestra nave. Se nos permitía además, no solo jugar con Fox, sino también con la aventurera a la que tendríamos que echar una mano, Krystal, un personaje que no solo robó el corazón a Fox, sino también a muchos/as jugadores/as 




Así que he aquí la inspiración obtenida de esta saga y muchas otras (sobre todo de Nintendo). Esa pasión por los detalles que no son imprescindibles para el juego pero que forman parte de su historia crea universos expandibles gracias a relaciones pasadas de los protagonistas, a dar nombre y apellidos a los ocupantes de una cabina en un título donde en principio, por su jugabilidad no nos hacía falta ver a nadie, y a tramas no siempre contadas en la partida, pero escritas, o que si no están escritas, se les ha reservado un espacio para que se pongan en el papel y se extiendan en futuras secuelas. Es así como unos pocos polígonos sin texturas que aparecían en nuestra Super Nintendo gracias al Chip Super FX, siguen entreteniéndonos y evolucionando a día de hoy. 

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