Ideando un nuevo proyecto

Cuando acabamos nuestro juego (o nos disponemos a hacer el primero) nos toca planear que vamos a hacer a continuación. ¿De dónde podemos sacar la idea? Hay unas cuantas formas de forzar un poco la inspiración, aunque generalmente hay que darle muchas vueltas a un montón de ideas que surgen ellas solitas y elegir entre ellas la más adecuada para desarrollar. Pero veamos de que sitios puede salir la ya mencionada inspiración para estar atentos y que no se nos escape.

Partiendo del género

Es una de las primeras posibilidades para decidir nuestro proyecto, irnos hacia un género que nos encanta y tratar de hacer un juego que pertenezca a él. Aunque parezca mentira podemos ser creativos a pesar de partir de algo que ya está inventado simplemente añadiendo pequeños detalles nunca vistos. La ventaja de elegir esta opción es que vamos a tener siempre en mente alguno de nuestros títulos favoritos para tratar de crear algo que también nos encante jugar. La desventaja es que hay que tener en cuenta nuestras limitaciones, sobre todo si el género de videojuegos que más nos gusta es el First Person Shooter.

Partiendo de una historia

A veces nos apetece narrar una historia y es esta la que nos va dando todo lo que formará parte de nuestro proyecto: Personajes, género del juego, gameplay… Es esta una de las formas favoritas de la mayoría a la hora de crear nuestras nuevas aventuras por que nos ayuda a visualizar desde el principio ese mundo fantástico que vamos a presentar al usuario. Las desventajas es que las historias deben trabajarse mucho y no siempre son adecuadas para convertirlas en un videojuego que sea viable para nosotros o encaje en nuestros gustos, por lo que hay que adaptar cosas. La ventaja es que el resultado final suele ser más emocionante, los personajes más interesantes y, en general, podemos hacer que el jugador se emocione más.


Partiendo de nuestras limitaciones

Siendo realistas, si por ejemplo somos un programador que acaba de empezar, no podemos meternos en cosas muy complicadas, o si necesitamos dinero y no lo tenemos, tampoco podemos tratar de contratar un equipo profesional, así que, contando con las limitaciones que tenemos a la hora de crear nuestro videojuego, debemos planear algo que podamos afrontar. La ventaja de partir de aquí es que las posibilidades de que terminemos el proyecto son más altas, siendo la desventaja que seguramente el producto final no nos va a hacer sentir todo lo orgullosos que quisiéramos.

Partiendo del Gameplay

Vamos a pensar en la parte divertida, en esa idea revolucionaria que sorprenderá a los jugadores o en esa idea que se nos ha ocurrido para incluir un control nuevo que resulta cómodo e interesante. La ventaja de partir del gameplay es obvia, estamos trabajando por hacer un juego verdaderamente entretenido (lo consigamos o no) y ese será nuestro principal objetivo. Por otro lado la desventaja es que en la mayoría de las ocasiones se deja la historia en segundo plano y es difícil que quede algo interesante en lo referido a esa parte.



Partiendo de un tema, una imagen, una canción, un escenario…

Sobre todo para los artistas es muy común estar trabajando en una canción, en un dibujo o algo parecido y pensar de pronto “Esto tiene que estar en un juego”. Bien, pues puede ser un punto de partida. Ese personaje que acaba de salir de la mina de nuestro lapicero puede ser el protagonista de una gran historia, con la desventaja de que el arte, ya sea gráfico o musical, necesita de un largo trabajo para convertirse en videojuego.


Partiendo de un código

Esta es para programadores, y es que muchas veces haciendo tutoriales llegas a tener ante tus ojos un código fuente que te inspira para convertir esa funcionalidad que acabas de crear en el gameplay de un nuevo juego. La ventaja de esto es que parte del código puede estar resuelto y solo hay que adaptarlo, por lo que hay menos problemas. En cambio, en este caso la desventaja suele ser que hay que trabajar mucho si no queremos que la parte gráfica o de historia queden un poco cutres.

Partiendo de ideas anteriores

Si hacéis como yo y siempre os acompaña una pequeña libreta donde apuntar cosas, seguramente tendréis cientos de proyectos ya pensados esperando ser recuperados y desarrollados algún día. A veces se nos ocurren cosas estúpidas que llegado el momento resultan no serlo tanto, otras son ideas brillantes que deben esperar a que terminemos lo que estamos haciendo para no dejar juegos incompletos. El caso es que es una gran forma de empezar un proyecto nada más haber terminado el anterior. La desventaja es que llega un punto en que ya no caben más cosas en la libreta (o en las libretas) y que nos gustaría tener 8 vidas para desarrollar todo lo que se nos va ocurriendo.

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