Entrevista a Juan P. Ordóñez, autor del libro Power-Ups (Parte I)

No es que intente añadir una nueva sección de entrevistas al Blog, pero hace unos meses que tuve la ocasión de charlar un poco, a través de Email, con el autor del fantástico libro Power-ups, el cual está lleno de consejos obtenidos a través de entrevistas a un montón de profesionales de la industria del videojuego. Así, entre correo y correo, Juan P. Ordóñez me concedió el lujo de contestarme a algunas preguntas sobre su libro, sus proyectos y el mismo, y finalmente me he decido a publicarlas. Aunque eso sí, en dos partes (por que ha quedado un poco larga para el formato de esta Web)

Sobre el autor 

En su larga trayectoria dentro del mundo de los juegos no ha parado un momento.

Comenzó hace más de 14 años su andadura profesional en la industria de los videojuegos como crítico redactor y poco a poco y con mucha paciencia, inició su camino hacia el área de desarrollo. Después de pasar por producción, composición de música y otros puestos, se establece como diseñador de juegos. En su carrera además, ha publicado más de 40 títulos, desde juegos de móvil hasta mundos virtuales, juegos educativos, experimentales y otras aplicaciones. Ha diseñado también, sistemas que mezclan series de animación y videojuegos, y creado juegos independientes. Ejerce de cazatalentos para agencias de recruiting del sector a nivel internacional; trabaja como consultor para empresas tanto en desarrollo, dirección y diseño de videojuegos como de experiencias interactivas y gamificación; investiga sobre diseño de juego y emociones; da clases de diseño y creación de videojuegos en los masters de la Universidad Complutense de Madrid, la de Alcalá de Henares y el IPECC, entre otros centros formativos con los que ha colaborado. También imparte clases sobre diseño de juegos, niveles y producción en ESNE en el Grado Oficial en Diseño y Desarrollo de Videojuegos. Es ponente internacional y ha dado conferencias y talleres en España, Portugal y Latinoamerica. Asesora y colabora en varias iniciativas para impulsar esta industria a nivel internacional y ayuda a quienes intentan empezar en ella. Está desarrollando un método de enseñanza gamificado para su tesis doctoral. Es cofundador de las jornadas y conferencias “Mujeres y Videojuegos” y presidente de la Asociación Española de Diseñadores de Juego.

En definitiva, que se trata de un entusiasta del tema y muy trabajador.

Sobre Power-Ups: Conviértete en un profesional de los videojuegos

Un libro del que ya hablé en post anteriores, donde no vamos a aprender a picar código o a manejar el más completo paquete de modelado 3D del mercado, si no un montón de cosas muy útiles sobre la industria y el desarrollo. Tenemos por un lado, las historias y consejos de desarrolladores de videojuegos de todo el mundo que nos hablan sobre qué formación tuvieron, como consiguieron su trabajo, a que tareas tienen que enfrentarse cada día, etc. (Además, hay gente de todos los roles dentro de la industria, desde diseñadores de niveles hasta programadores, pasando por diseñadores de juegos, betatesters, animadores, modeladores, músicos…) Y por otro lado, se nos dan consejos para hacer un curriculum, montar una empresa Indie, afrontar nuestro primer día de trabajo...

Todo contado de una forma muy entretenida e inspiradora.

A continuación, su autor, Juan P. Ordóñez, contesta unas preguntillas sobre el libro.

¿En qué tipo de lector pensabas cuando decidiste escribir Power-Ups?

Lo que hice fue definir el tipo de lector que podría sentir interés por él. Profesionales que quieren conocer historias de otros colegas de la industria para mejorar, aquellos que quieren entrar en la industria, otros profesionales que no han trabajado en videojuegos o gente que quisiera leer historias y anécdotas curiosas, por el mero hecho de entretenerse.

A la hora de plantear las entrevistas siempre he dejado a cada colaborador que pueda modificar las preguntas e incluso el curso de la entrevista, aunque casi siempre partíamos de una o varias bases o tipos de entrevista, adaptadas al tipo de participación que podían hacer (ya que algunos de ellos solamente podían dedicarle unos minutos, frente a otros que han preferido tomarse un par de semanas para escribir algo más detallado). A mi parecer, tanto la gente que ha podido escribir varias páginas como aquellos que solamente han podido contar unos cuantos consejillos, tienen un gran valor; no sólo por la complicidad y cercanía con las que comparten todo, sino también porque pueden llegar a ser muy útiles.

¿Qué fue lo más difícil de escribirlo?

Sin lugar a dudas, la gestión del proyecto. Aunque finalmente han quedado en torno a 50 colaboradores, lo cierto es que ha habido mucha más gente detrás del libro: desde compañeros que amablemente han cedido documentación, como otros que han servido como punto de enlace entre profesionales, pasando por contactos, etc. Por citar un ejemplo: para tratar con Hitoshi Sakimoto había nada menos que tres intermediarios. Si es difícil transmitir tu idea y lograr una colaboración, imagínate si tienes que pasar por tres validaciones antes de llegar al colaborador. Eso sí, en este caso siempre se han mostrado súper participativos y muy amables, algo determinante para llevar el barco a buen puerto.

También fue complicado todo el proceso de revisión de textos, traducciones, arreglos, etc. todos los días solía echar un mínimo de 2 ó 3 horas en Linkedin para encontrar y hablar con los contactos, más otras tantas horas de gestión y revisión.

Finalmente y aunque pueda parecer lo más fácil, uno se encuentra en el último escalón para terminar el libro y se da cuenta de que... ¡Lleva su propio nombre! Cuando tenía casi todo listo me di cuenta de que me quedaba mucho por escribir, así que tocaba añadir más horas de trabajo para completar mis propios artículos del libro.

Ha sido todo un reto a nivel personal. Eso sí, puedo asegurarte que si tuviera que escribir otro libro ahora mismo (que algo hay ya entre manos), lo haría de otra manera en muchos sentidos y tardaría menos tiempo. ¡Este ha tardado seis años en ver la luz!

¿Cuál es tu parte favorita del libro?

La primera, donde aparecen todos esos buenos amigos que han echado una mano y sin quienes esto no habría sido posible, y la lista de agradecimientos donde hay un montón de gente a la que quiero. También, por supuesto, la frase de Dave Perry.

Juan P. Ordóñez colabora con Juegaterapia. ¿Y que es Juegaterapia?

Es una organización donde se dedican a recoger las consolas de sobremesa y portátiles que la gente ya no usa y las donarlas a hospitales que disponen de áreas de oncología infantil. Con la misión de conseguir que los niños con cáncer puedan olvidarse un poco de sus tratamientos y que el tiempo pase un poquito más rápido en cada habitación de hospital.

También donan ordenadores y tablets, procedentes de empresas, particulares, colegios, universidades y otras organizaciones. 



Cuéntanos algo sobre juegaterapia ¿Cómo te involucraste en esta iniciativa?

Hace años que nos conocemos. El primer día que leí algo suyo ni siquiera tenían página web ni logo, pero me pareció tan bonito lo que hacen que contacté con Mónica, la presidenta, para ver cómo podía ayudarles. Les comenté lo del libro y les pareció una buena idea, así que lo único que ha habido que hacer es mantener a flote ese objetivo durante estos años. A raíz de lo del libro ya han surgido otras vías de colaboración.

¿Cómo de implicado estás en ella?

De vez en cuando paso por la oficina principal de Madrid para hablar de varias cosas, entre ellas un pequeño juego que estamos haciéndoles. Unos alumnos que tienen muchísimo talento, un buen amigo y yo nos hemos puesto manos a la obra para donarles el 100% de los beneficios del juego y ayudarles a recaudar un poquito para conseguir más juegos para los chavales de los hospitales. Y la verdad es que está quedando bastante bien. ¡Ya contaré más en cuanto salga!

También intento ayudarles con otros temas relacionados con tecnología o colaboraciones de gente que desarrolla videojuegos y aplicaciones, unas veces para "traducir" los mensajes y otras más de ponerse a trabajar directamente. Depende del caso. En cualquiera de ellos la verdad es que me encanta y, siempre que el tiempo lo permite, es un placer trabajar con JT. Además, ¡son encantadoras! Siempre te reciben con una sonrisa y un abrazo, y una ilusión que cala hondo en uno.

(Y de momento lo dejamos aquí, para volver próximamente con una segunda parte de esta entrevista). 

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